"Hace dos años salí de mi ciudad con la maleta cargada de ilusiones y sueños que gracias a Lucas Alcaraz he visto hechos realidad. Con vosotros y con él me he convertido en un jugador de Segunda División, he conseguido madurar en el campo, he hecho grandes amigos que han sido mi familia en este tiempo, compañeros, cuerpo técnico e incluso, aunque no lo creáis, afición.
Hoy y de manera oficial pido perdón a ese sector de la grada y de la prensa al que no he sabido trasmitir mi sentimiento blanquiverde, porque lo tengo, lo he tenido y lo tendré. He luchado y peleado desde el primer día por el escudo de vuestra camiseta, que también ha sido la mía durante este tiempo y lo he hecho lo mejor que he podido. He sufrido con cada derrota y he sido feliz con cada victoria, he celebrado cada gol como si fuese mío y hemos celebrado los míos a pesar de que hayan sido míos. Me he sentido grande viendo la grada de El Arcángel celebrar mis goles y me siento el más afortunado del mundo por haberlos dado. Esos han sido los colores que me han hecho futbolista y esos han sido los colores de mi hogar en este tiempo.
En el blanco encontré la calma, la persona que me dio la confianza, que me enseñó a ocupar mi lugar en el campo, a tener la cabeza fría en la jugada sin oír la crítica y al que estaré agradecido siempre sin encontrar la forma ni las palabras de devolverle todo lo que ha hecho por mi. Sin duda, gracias Lucas por ser el míster profesional y rotundo que me ha hecho ser quien soy dentro y fuera del campo.
El verde, la esperanza con la que salí de casa a un equipo donde quise hacerme grande y donde me brindaron la oportunidad. Esos son los colores a los que siempre estaré agradecido y Córdoba, la ciudad a la que siempre querré volver. Gracias a mis compañeros por todos los momentos que hemos vivido, gracias al cuerpo técnico, gracias a toda la afición sin exclusión, gracias a los que formáis parte de la prensa deportiva de esta ciudad porque entre todos me habéis hecho un mejor profesional y, sobre todo, una mejor persona".
